domingo, 31 de mayo de 2009

Muerte a las flores

Debo de ser de las pocas personas que temen la llegada de la primavera. Mientras a la mayoría el sol les llena de energías, a mí el buen tiempo me deja K.O. Dicen que se llama astenia primaveral y pasa porque tu cuerpo no se acostumbra al cambio de horario, o algo así. Yo solo sé que hasta que llega el verano me duermo por los rincones, mi rendimiento vital está por los suelos. No estoy deprimida, es sólo algo físico pero jode. Además, tengo alergia. Y si me tomo la medicación de la alergia me duermo más. Así que bendigo estos días la cama, y muerte al agotamiento inesperado y sin motivo. Y que viva el invierno, y los jerseys de lana, y la lluvia, sí, y el frio.

lunes, 25 de mayo de 2009

El tatuaje y Lisbeth Salander

Hace unos días, esperando la hora de embarque de un avión mato el tiempo leyendo el segundo libro de la trilogía Milennium del sueco Steig Larsson. Para quien no la conozca, la protagonista del libro, Lisbeth Salander, es una chica de unos 25 años rebelde, transgresora, violenta, bisexual, con el pelo negro, y llena de piercings y tatuajes. El libro es un best seller de lectura fácil, pero el personaje ha calado hondo y cualquiera que haya leido el libro cae rendido a sus píes.

En el aeropuerto, algo me distrae de la lectura. Levanto la vista y descubro enfrente de mi a una chica durmiendo. Lleva un pantalón blanco y está echada sobre varios asientos. Me fijo en su pie y descubro que está cubierto por un tatuaje.




Miro el otro pie, y también está tatuado. Y las manos, no hay trozo de su piel que no esté cubierto por garabatos perfectos. Pero me fijo un poco mejor y me doy cuenta de que son falsos, no son verdaderos. Están hechos con henna, supongo. No es que sea experta pero se nota a la legua que se quitan con agua y jabón. El tatuaje le llega hasta el cuello.
Entonces, para qué? Me pregunto. Es una chica occidental, vestida con ropa que podría ser de H& M.
Quizás vuelve de un viaje donde se sintió libre y quiso hacer un acto de "rebeldía" tatuándose con tinte. Y me la imagino como Lisbeth Salander: transgresora en esos últimos momentos de libertad en el aeropuerto. Antes de volver a la realidad.

jueves, 21 de mayo de 2009

Hombre rico, hombre pobre

La semana pasada estuve en Bruselas en el 8º Encuentro sobre Pobreza que organiza la Comisión Europea una vez al año. Que vivan las contradicciones: Mandamases de los 27 países de la UE se reúnen a discutir sobre, ay, lo mal que está todo y los pobres que hay por las calles europeas y bla bla sobre la crisis y venga y más. Lo hicieron en un palaciaco con lámparas de araña, tapices colgados, mármoles... Y este estupendo catering para zampar a diestro y siniestro.



Los políticos no tienen vergüenza, pero, ¿y las ONG?. Es que también estaban invitadas, y allí todos los representantes de la solidaridad disfrutaron de lo lindo los postres de chocolate y fresas, del descanso para el café y las pastas, de otro descanso para el café y más pastas. De vez en cuando, las manos a la cabeza porque cuántos pobres hay en Europa y qué mal está todo.
No voy a ser cínica, claro que yo también comí, menos un día, en que me entretuve en hacer una entrevista y llegué 20 minutos tarde al comedor... ¡Y se lo habían zampado todo¡ Asi que me fui al Mc Donalds.
A lo mejor caigo en el topicazo, pero es que fue salir del Palacio de Egmont y toparme al lado de la Grand Place con una tienda lujosísima de bombones con creaciones "exclusivas", con nombre propio incluido, como si fuesen joyas.



Y al lado, a 100 metros, este pobre hombre, u hombre pobre. Tirao como un perro con sus tres perros.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Cuando la vida era fácil

Conocí la música de Antonio Vega y Nacha Pop cuando la vida era fácil. Ir al instituto, salir por Moncloa, coger el búho para volver a casa, la paga,el trabajo en el Telepizza, grabar canciones de la radio con el botón REC, las primeras vacaciones sin los padres. Las luces que se encienden en El Penta porque hay que irse y empieza a sonar "La chica de ayer".

Todas queríamos ser La chica de ayer. Antonio Vega hacía que pareciese muy fácil enamorarse.

sábado, 9 de mayo de 2009

Braintree

Hace 20 años, que se dice pronto, en Primero de BUP, estuve de intercambio con otros niños de mi instituto en un pueblo de Boston que se llama Braintree. Cada adolescente iba a casa de un americano / a y luego el susodicho te devolvía la visita.
Mi americana se llamaba Jennifer Carlson y estaba como las maracas de Machin. Como aquel viaje ocurrió en 1989, no había Internet ni nada, asi que mantuvimos el contacto a la vieja usanza, por carta escrita a boli Bic.
Luego ella vino otra vez de visita a Madrid en 1992. Y en 1998, seis años después, las dos estábamos viviendo en México y coincidimos de nuevo. Y volvimos a perder la pista.
Ahora, Jennifer me ha vuelto a localizar por Facebook y ha venido a España de vacaciones y nos hemos vuelto a ver. 20 años después¡ Eso si que es una amistad duradera, y gracias a ella, que nunca ha dejado que el contacto se perdiera del todo.
Para los españoles, el viaje a los USA fue la bomba: descubrimos a Milli Vanilli, las borracheras de los yanquis en las fiestas, teníamos tele con 50 canales, los padres americanos insistían en explicarnos que era una lavadora, ibamos al centro comercial a comprar pantalones y no habia manera de hacernos entender porque nosotros decíamos Levis, como suena, y había que decir "Livais".

Aquí el día que nos recibieron en el pueblo, pero no me acuerdo qué nos estaban contando.



En el instituto americano, mi amiga Vivi estaba loca por este chaval, Brian Doherty, que jugaba al fútbol americano. Le perseguía por todo el High School. Por fin logró cazarle para una foto después de uno de los partidos... El muchacho, todo sudao.




Y el regreso a Madrid fue lo peor, claro, porque nos creiamos los más guays. "Ah, ¿que aquí todavía no habéis escuchado a los Milli Vanilli?", porque en aquella época los grandes hits llegaban a España seis meses después... Y qué momentazo ese sábado por la mañana cuando, oyes en la radio, POR FIN EN ESPAÑA¡¡¡¡, a los Milli Vanilli en los 40 Principales¡¡¡¡
Asi que, en homenaje a esa época, un último recuerdo al fraude más grande de todos los tiempos¡

domingo, 3 de mayo de 2009

El viejo y el mar

He estado cinco días en Fuerteventura, haciendo lo de la foto: NADA. Y qué placer. Desconectar, escuchar a lo lejos ecos de la gripe porcina y seguir haciendo eso: NADA. Me fui harta: del curro, de la crisis económica, de los rumores de que cierran tal o cual medio de comunicación, de salir del trabajo cuando los supermercados (menos el carero Opencor) están chapados, de que la empresa no haya renovado a la becaria de mi sección después de tenerla explotada, de cosas que prefiero no poner, de, de y de... Por lo menos en cinco días he relativizado y he pensado que ME DA TODO IGUAL.



En la isla apenas había gente, y los que había eran todos alemanes, como el señor de la foto. Que estaba completamente solo.




Un día subió la marea y nos pilló a los dos entre las rocas que separan dos playas. Yo me asusté, no sabía por donde salir y empecé a escalar las rocas para buscar otro camino. A él se le veía feliz, con los cuatro pelos al viento y en chanclas.
Por la noche, en las terrazas, observé a muchas parejas que no se hablaban entre sí. Podían pasarse horas sin dirigirse la palabra. Y pensé en la felicidad del viejo, que se pasó días y días solo, sin tener que buscar ningún tema de conversación.