domingo, 3 de mayo de 2009

El viejo y el mar

He estado cinco días en Fuerteventura, haciendo lo de la foto: NADA. Y qué placer. Desconectar, escuchar a lo lejos ecos de la gripe porcina y seguir haciendo eso: NADA. Me fui harta: del curro, de la crisis económica, de los rumores de que cierran tal o cual medio de comunicación, de salir del trabajo cuando los supermercados (menos el carero Opencor) están chapados, de que la empresa no haya renovado a la becaria de mi sección después de tenerla explotada, de cosas que prefiero no poner, de, de y de... Por lo menos en cinco días he relativizado y he pensado que ME DA TODO IGUAL.



En la isla apenas había gente, y los que había eran todos alemanes, como el señor de la foto. Que estaba completamente solo.




Un día subió la marea y nos pilló a los dos entre las rocas que separan dos playas. Yo me asusté, no sabía por donde salir y empecé a escalar las rocas para buscar otro camino. A él se le veía feliz, con los cuatro pelos al viento y en chanclas.
Por la noche, en las terrazas, observé a muchas parejas que no se hablaban entre sí. Podían pasarse horas sin dirigirse la palabra. Y pensé en la felicidad del viejo, que se pasó días y días solo, sin tener que buscar ningún tema de conversación.

4 comentarios:

Kacho dijo...

Incluso, a lo mejor, se escuchó a sí mismo y no encontró mejor conversador.

Se hace gustar este blog. Enhorabuena.

Sara Morante dijo...

Me han entrado ganas de irme a... era Lanzarote? Da igual.

Anónimo dijo...

Bonita playa en la que estas ya lo creo, habra que volver.
saludos

LolaRubio dijo...

Cada vez me gusta más la soledad! sera que tengo una vida interior tan plena como la del alemán de tu foto y me da igual estar sola, aunque es verdad que luego si estás sola por necesidad te sientes mal!
me alegro de que hayas descansado fisica y sobretodo psicologicamente guapa! un besote